sábado, 27 de marzo de 2021

 

 


MIGUEL HERNÁNDEZ VISITA

TODOS LOS AÑOS

LA CLASE DE 4º ESO

 

 

Querido Miguel:

 

Quiero que sepas que cuando explico a mis alumnos las figuras retóricas escojo siempre tus poemas. De tanto acompañarme en clase, te has convertido en nuestro profesor. Sin apenas transición, pasamos de tu obra a tu vida y viceversa, y concluimos que no hay otro poeta en el que la simbiosis entre ambas sea tan real.

Cuando comienzo a leerles tu “Elegía” surgen las preguntas, quieren saber quién fue Ramón Sijé, qué significa “elegía”. Aplazamos las explicaciones porque las sinuosas anáforas piden paso, entran por la ventana como entra la luz de los almendros en flor: “Temprano levantó la muerte el vuelo, / temprano madrugó la madrugada…”. Seguimos leyendo y somos conscientes de que las hipérboles aumentan la intensidad emocional del poema: “Tanto dolor se agrupa en mi costado, / que por doler me duele hasta el aliento”. Las antítesis chocan entre sí, rompen la lógica, convocan la polisemia: “Y siento más tu muerte que mi vida”. Proseguimos la lectura y advertimos que las metáforas son palabras intensas que se enredan con el polvo de la tiza y exigen ser explicadas: “Por los altos andamios de las flores / pajareará tu alma colmenera”. Con tu beneplácito, aludimos a otros versos que duermen el sueño eterno en Cancionero y romancero de ausencias: “Es tu risa la espada / más victoriosa”. El niño que todavía conservamos crece en todos nosotros, y nos dejamos llevar hasta los poemas de Viento del pueblo: “Para el hijo será la paz que estoy forjando”. De regreso de la intensidad, vemos cómo una sutil aliteración se hace presente en el aula para participar a su modo del festín poético: “A las aladas almas de las rosas”.

Concluido el poema, todos comprendemos que la expresión del dolor provocado por la muerte de tu amigo nos permite hallar en tu poesía una voz sanadora capaz de proporcionarnos, en la pérdida, el consuelo. La elegía se convierte así en un canto a la vida.

Gracias a tu poesía, querido Miguel, cada año renovamos nuestra amistad en esta aula de 4º ESO. Nunca olvides que muchos jóvenes andan perdidos en la niebla y necesitan tu palabra. Por eso, esperamos que sigas visitándonos, porque tenemos que hablar de muchas cosas.

 

 

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