jueves, 30 de noviembre de 2023


               MAÑANA Y TARDE, Jon Fosse






¿QUÉ ME GUSTA DE ESTE LIBRO? 


Fundamentalmente las críticas elogiosas que he leído y que me han llevado a leer este peculiar libro. Aclaremos que esta obra es una parte muy pequeña de la producción de Jon Fosse (sus obras de teatro y Septalogía son, al parecer, sus obras mayores), pero la estructura, la ausencia de signos de puntuación, la inclusión del diálogo en el corpus narrativos, las reiteraciones que más que innovadoras se me antojan excesivas, son solo algunas “cualidades” de una novela cuya lectura no debiera ser urgente.


Mercedes Monmany dice en El Cultural: “En la bellísima novela ahora aparecida, Mañana y tarde (…), el mundo interior y exterior, el mágico y el real, el presente y el pasado, se mezclan sin cesar de una forma fascinante. Sin depender de una especial formación teológica o filosófica, nada más arrancar la historia vemos cómo, en el más austero y sobrio de los ambientes, las grandes cuestiones de la existencia surgen una y otra vez en las mentes de los hombres sencillos, como es el caso del pescador Olai…”.


Gonzalo Torné, en Artes y Letras, concluye su reseña así: “Pero por si algo sobresales esta breve novela, no es tanto por recrear el primer y último día de una vida ni las complicadas comunicaciones entre los vivos y los muertos, sino por atreverse a hablar de los misterios cotidianos de la existencia con un lenguaje sentido y sensible, despojado de sofisticación intelectual, las palabras de un pescador, de un hombre que Cristo hubiera podido escoger para que caminase a su lado”.


Juan Marqués escribe en THE OBJETIVE: “Esta novelita es bellísima, una fantasía entre consoladora y triste sobre cómo podría ser la transición entre la vida y la muerte y, por extensión, una parábola sublime sobre qué significa estar vivo y qué significa dejar de estarlo. Tiene todo lo que hace que viva enamorado de la literatura nórdica (personajes huraños adorables, silencio y soledad hechas palabras, un humor extrañísimo, cotidianeidad elevada a fábula, autoexigencia lingüística que no llega al experimentalismo -es decir, que no es una trampa para lectores tontos ni para jurados cobardes sino conciencia literaria y cosas importantes que decir de un modo nuevo-, poesía emboscada por todos lados, paisajes amplios y horizontes constantes -y, por ende, ausencia de angostura, de agobios...-, diálogos geniales en su desnudez o incluso en su simplicidad, una trascendencia que se diría involuntaria...) y evita todos los rasgos que a veces me fastidian de la literatura nórdica (la tendencia a retratar la violencia, sobre todo, cierta demora en la crueldad...). He dicho siempre que la literatura nórdica es como tomar un atajo: todo lo que busco en la literatura suele estar ahí desde la primera línea, desde el primer verso... Éste es un ejemplo maravilloso”.


He aquí un fragmento:


…y entonces vieron claro que Dios nuestro Señor iba a darles otro hijo y cuando ya no cabía ninguna duda, dieron gracias a Dios nuestro Señor por bendecirles con otro hijo y esta vez sería un varón, ahora nacería el pequeño Johannes, de eso Olai estaba bastante seguro, y ya habían llegado el día y el momento, solo que la cosa se alargaba y se alargaba, pensaba Olai, ante la mesa de la cocina con la cabeza entre las manos, ahora nacería un varón, eso seguro, lo que no estaba claro era si conseguiría llegar con vida a este mundo cruel, pues sí, eso era lo que se estaban jugando, pensaba Olai, pero si el niño naciera con vida, no cabría duda de cómo se llamaría, hacía ya mucho que Olai le había dicho a Marta que el niño que llevaba en el vientre se llamaría Johannes, por su padre, y ella no había puesto objeciones, porque era lo suyo, dijo Marta, que el niño se llamara Johannes como el padre de Olai, piensa Olai ¿y por qué estarán ahora tan calladas ahí en la alcoba? ¿se estará complicando la cosa?...











lunes, 13 de noviembre de 2023

                 





                      CAJA OSCURA, José Luis Vidal Carreras



¿QUÉ ME GUSTA DE ESTE LIBRO? 


Sus poemas desgajados de hojarasca verbal, el ensalzamiento de la naturaleza y la coherente estructura en tres partes –Oruga, Crisálida e Imago–, que dispone el autor para mostrarnos la belleza del mundo que percibe.

El poeta despliega, como ser sensitivo que es, una mirada abarcadora sobre la vida que palpita en los campos y en los alrededores. Y nombra de manera reiterada abundantes elementos de la naturaleza –y al hacerlo, los dota de vida– “estrellas, yegua, mar, pájaros, racimos, piedra, noche, musgos, almiar, ruiseñor…”. Y como contrapunto a ese mundo exterior contemplado, existe también un mundo íntimo y familiar: “niño, padre, mano, corazón, hijo…”. Utiliza, entre otros, pentasílabos y heptasílabos, que responden a un principio de depuración estilística al servicio de una honda esencialidad.

Un impulso y una alegría transcendentes emanan de estos versos limpios y concisos, que insisten, una vez más, en los temas esenciales: el devenir inexorable del tiempo (p. 31); la naturaleza que se ofrece a los sentidos del poeta para su detenida contemplación (p. 59); el amor y la muerte y la vida mientras tanto (p. 36); y la escritura que salva y recoge la maravilla de existir (p. 32).

El mundo –parece decirnos el autor– es una caja oscura que hay que descifrar viviendo y contemplando la vida (p. 56). De ahí que este libro –distinguido con el XXXI Premio Internacional de Poesía Antonio Oliver Belmás– sea, de alguna manera, un viaje revelador hacia la luz, hacia el descubrimiento del mundo (p. 84).


INFANCIA


Recuerdo a la alegría

trotando junto a mí

como una yegua

de la mano.


¡Cuántas veces,

subido en ella,

me besabas

y entonaba tu canción!



CARPE DIEM


Todavía el sabor

de una manzana

me devuelve al temblor del ser.


Cómo

su fresca rebeldía

acalla mis escrúpulos,

inflama mi avidez.


Cómo

su dulce deshacerse

la vuelve insípida, sin gracia,

pura nada…



VIVIR


Vivir, qué dulce

ahora que en los chopos

pasa el aire entre sus ramas

libremente entregándose a mi boca…


que en mi aliento, sólo espacio,

nadie respira…,


olvidado de todo

absurdamente vivo.



DECIRLO TODO


La mariposa,

igual que el cisne,

no va ni viene,

vive por dentro,

ignora el canto:


lo dice todo

sin decir nada.

miércoles, 1 de noviembre de 2023

 








NO TE VERÉ MORIR, Antonio Muñoz Molina



¿QUÉ ME GUSTA DE ESTE LIBRO? 

Quienes tenemos la suerte de pertenecer a la Cofradía de Admiradores de AMM, advertimos en su última novela algunas de las características narrativas que lo han convertido en uno de los escritores actuales más significativos: las oraciones rítmicas de período largo; las recurrencias temáticas del mundo musical y pictórico; una prosa que bucea en el recuerdo; la sagacidad y la sutileza para abordar temas sentimentales; una originalidad cada vez mayor en la contención de la palabra; y la reducción de la anécdota en favor del estilo, entre otras.

Una vez que los lectores acepten el engaño y la verosimilitud del argumento que AMM propone en su novela, podrán disfrutar del análisis de los sentimientos amorosos (como el amor imposible entre Adriana Zuber y Gabriel Aristu); agradecerán una prosa que recrea la grisura del franquismo inicial; reconocerán el marco ambiental de esa parte de América que tan bien conoce su autor; valorarán el juego de voces narrativas que cambian en cada capítulo; gozarán de la presencia y del sentido que se le concede a la música, siempre Bach, Pau Casals, Albéniz…

AMM ofrece una obra reconocible, contenida, que gustará a sus fieles y que tal vez convenza a quienes todavía son reticentes a zambullirse en su maravillosa prosa.



FRAGMENTO


Exactamente eso mismo que le decía ahora, con las mismas palabras, se lo había dicho otras veces en los sueños. Por eso el sonido de su propia voz le daba una sensación tan inquietante de irrealidad, no ya de estar en el interior de un sueño sino de otro mundo, no imaginario pero sí ajeno al mundo real y a su propia vida, la de todos estos años, la vida de América, ahora disipada, o dejada en suspenso, el trabajo febril de administrar dinero en cantidades colosales, su matrimonio, sus hijos, los nietos ahora, la malla tan tupida de sus relaciones y sus influencias, el apartamento en un edificio con librea en lo más restringido del Upper East Side, la casa sobre el Hudson, en la que ahora mismo estaría su violoncello dentro de su estuche, apoyado en una pared, cerca del atril donde había quedado abierta la partitura de la Suite n.º 1 de Bach con las minúsculas anotaciones a lápiz de Pau Casals: nada de todo eso, que le había importado tanto, que veía como congelado en espera de su regreso, nada sentía como suyo ahora mismo, porque nada de eso tenía ninguna conexión con Adriana Zuber ni con este momento en el que estaba frente a ella, en el que examinaba con amor incondicional, y con la misma atención codiciosa, los signos del tiempo y de la enfermedad y los de la perduración de la mujer joven de la que había estado enamorado, y a la que ahora tenía la oportunidad sagrada y el coraje de decirle lo que nunca le había dicho tan claramente en la realidad, pero sí con frecuencia en los sueños favorables en los que Adriana lo miraba sin recelo y lo escuchaba no solo con los oídos sino también con los ojos, como quien se fija mucho en los labios para descifrar las palabras que no puede oír.

(...)

Lejos de ella había dejado de ser quien era; había abolido la vida que le correspondía, la identidad suya que solo cristalizaba por contacto con ella, en virtud de su influencia apasionada y lúcida. No había fingido ser otro, con histrionismo americano, por tener una vida completa lejos de ella, en otro país y en otro idioma; desligado de ella, simplemente había sido otra persona, sin necesidad de disimulo, con toda convicción, intoxicado por los alicientes de la vanidad y del dinero, de la sensación de poderío, la embriaguez del ascenso social. Veía la vida de Adriana Zuber paralela a la suya, borrada abruptamente cuando dejaron de verse, restituida primero en la conversación de varias horas que había tenido en Nueva York con su hija, completada ahora, en la indudable realidad del encuentro, que sin embargo seguía teniendo una luz parecida a la de los sueños, como un punto de gasa en el aire.








lunes, 2 de octubre de 2023

 

LA ÚNICA CERTEZA, 

Josune Intxauspe

 




 

WATCHING THE APPLE TREE, 

Jonas Holmes Must






 

Después de El color del tiempo (Ediciones Gollarín, 2007) y Un lugar de paso (2016), Josune Intxauspe (Pasajes, Guipúzcoa, 1963) nos sorprende con una obra breve e intensa, en la que nada sobra y nada se echa en falta, y con la que ha obtenido el premio de novela corta “Pueblo de Bobadilla”.

La única certeza narra la historia de un hombre, Andrés Pombo, que tiene que huir de Labaz, trasunto literario de un pueblo pesquero del País Vasco, porque, durante los años crueles de la posguerra, ha sido delatado por defender ideas contrarias al régimen. Pero no plantea solo la lucha de Andrés Pombo ante las adversidades, sino, sobre todo, la de su mujer, Pura Neira, y la de todos sus hijos y familiares, cuyas vidas se ven condicionadas por esas circunstancias. 

Con una narración pulcra que ahonda con sabiduría en los sentimientos y los pensamientos de los personajes, el lector va componiendo un mosaico vital en el que se desenvuelven unos hombres y mujeres que anhelan vivir con dignidad. Y esta palabra es esencial, porque la lucha por la vida de Andrés Pombo y su familia está guiada por un anhelo de dignidad, que les permita vencer al dolor, al odio irracional y al poder corrupto. Sin apenas descripción física del entorno ni de los protagonistas –no es esa la pretensión de la autora–, vamos conociendo, con la voz del narrador, la personalidad de todos ellos. 

Pura Neira es, a mi juicio, el personaje clave de la obra, pues acaba convirtiéndose en la única certeza de Andrés Pombo. Al final de la obra, leemos estas conmovedoras palabras: “Se abrazaron despacio, como lo hacían antes y después del amor. Ella lloraba nada más que con lágrimas, sin ruido y sin palabras. Después se miraron al fondo de los ojos para hurgar cada uno en la trastienda del otro y comenzar a saber. En su lecho acabaron de decirse lo necesario y despuntando el día pudieron dormir” (p. 110).

El resto de los personajes son igualmente necesarios y están muy bien perfilados psicológicamente. Selma, la hija pequeña, representa la inocencia, la alegría y sobre todo la esperanza de vivir en un mundo mejor, al tiempo que se convierte en un contrapunto de entusiasmo en una sociedad atenazada por el odio y la miseria. Roberto es otro personaje diferente, protegido para que se mantenga al margen del mundo duro de la mar, con el fin de que consiga ser alguien en la vida. Damián Souto representa la maldad, el odio irracional que ni siquiera él mismo consigue controlar, y acaba siendo un miserable delator. Moncho es un loco cuerdo, un hombre leal a Andrés Pombo, “un hombretón con ademanes propios de un niño asustado que tenía la obsesión de la verdad y la lealtad” (p. 116); además es capaz de intuir –tal es el grado de complicidad entre ellos– el desenlace de la novela con tan sólo observar a Andrés Pombo. Conchita es una prostituta de escasa presencia en la obra, pero determinante para su desenlace; ejemplifica la necesidad de no juzgar y encarna la ilusión y la belleza, tal y como se pone de manifiesto en la emotiva carta de despedida que le escribe a Selma (p. 103). Francisco Campos y su casquivano hijo, Germancito, son actores imprescindibles para comprender, entre otros aspectos, el opresivo mundo empresarial de la dictadura.

La hegemonía de la narración es tanta que los diálogos se integran, mediante el estilo indirecto, en el discurso narrativo sin restar agilidad al desarrollo de la historia. Un narrador omnisciente va definiendo los rasgos esenciales de los personajes y reproduciendo sus opiniones (p. 72), con la consiguiente ausencia de diálogos y el uso recurrente del monólogo interior. 

Esta novela está muy bien escrita y se lee con una fluidez extraordinaria. Por eso uno lamenta que no tenga –de momento– la distribución que debería tener. Ojalá funcionen las recomendaciones entre esa silenciosa masa de lectores atentos y pueda su autora sentir el cálido reconocimiento que merece. Estoy convencido de que hay que tener mucha destreza para que el pulso narrativo de esta obra –de sencillo argumento y logrado estilo– no decaiga en ningún momento. A través de quince breves e intensos capítulos, Josune Intxauspe lleva al lector a un desenlace inesperado y estremecedor, en el que sólo el perdón, –o mejor, la compasión– puede reconfortar a un ser humano. Al final, cierra uno el libro satisfecho, y siente, como la autora, que el amor es y será la mayor certeza de la vida.

 

Editorial: Ediciones Emilianenses

Título: La única certeza

Autor: Josune Intxauspe Prego

Primera edición: 2023

Páginas: 123

 

martes, 26 de septiembre de 2023

 


             
                  MONTEVIDEO, 
Enrique Vila-Matas



 



La verdad es que no sé por dónde empezar. He leído varios libros de este autor barcelonés y siempre tengo el deseo de terminarlos cuanto antes, fundamentalmente por el tedio que me provocan, aunque debería exceptuar El viaje vertical (1999), una novela no muy extensa que me gustó. 

Tras leer las críticas entusiastas de los principales suplementos culturales, me decidí a leer la nueva novela de Enrique Vila-Matas. Y ¿qué me encuentro? Una nimiedad argumental que se limita a componer algo así como una biografía del estilo del propio autor, de sus preferencias literarias (Cortázar, el Tristram Sandy, de L. Sterne, y Georges Steiner, entre otros), de su formación como escritor, todo narrado con un estilo fluido y envidiable, sí, pero intransitivo y ceñido a contar de manera ensayística digresiones que exceden el concepto al uso de novela.

         Acabada la lectura, me derrota el insoportable peso de tanta erudición literaria. 

Comparto algunos fragmentos que me llaman la atención:

 

- “Si es verdad que en un buen cuento se concentra toda la vida, y si es verdad, como creemos, que la vida es triste, un buen cuento será siempre un cuento triste” (p. 33). (Augusto Monterroso y Bárbara Jacobs).

- “El oficio de escritor es un oficio bastante miserable, pero es que, además, está poblado de tontos que no se dan cuenta de la fragilidad inmensa, de lo efímero que es” (p. 43). (Roberto Bolaño).

- “Lo que me interesa son los errores, fruto de la pasión, los errores que se comenten arriesgando. ¡Qué horror, santo cielo, el afán de no equivocarse!” (p. 117). (Georges Setiner).

 

Editorial: Seix Barral

Título: Montevideo

Autor: Enrique Vila-Matas

Primera edición: 2022

Páginas: 300

 

 



 

 

viernes, 15 de septiembre de 2023

               LA PERLA, John Steinbeck





 

A veces, voy buscando libros que me conmuevan, libros-perlas en medio de tanto fango textual que se publica, y resulta que en las baldas casi vacías de la casa de verano encuentro una perla con brillo singular, como si su luz antigua la hubiera pulido de otro modo, hasta convertirse en una parábola contra la injusticia. 

Sí, he vuelto a releer La perla (1949) de John Steinbeck (Salinas, California, 1902-Nueva York, 1968), porque no me acordaba de nada, porque era breve y, sobre todo, porque me gustó hace años. En ocasiones, me entristece descubrir entre mis libros fichas con anotaciones sobre personajes, temas, espacio y otras referencias, sin ser capaz de recordar apenas nada, salvo su atmósfera y poco más. Por eso, empecé a leer esta novela y enseguida, entre sus hojas, descubrí unas pavesas que empezaron a arder en cuanto avancé por las primeras páginas.

         La imagen que tengo de John Steinbeck, distinguido con el premio Nobel en 1962, es la de un profundo humanista, no en el sentido de un autor que atesora un gran bagaje cultural –que también–, sino en la medida en que su pluma estuvo al servicio de los derrotados que deambulan por la vida o se anclan con la fuerza de un erizo a un espacio geográfico. En este sentido, es cierto lo que dice el traductor de esta novela, Francisco Baldiz, sobre la figura de J. Steinbeck: “Quijote de las letras, arremetía con su lanza de hidalgo andariego contra todos los gigantes de la injusticia y de la opresión. (…) Sus libros nacían de un impulso interior irreprimible. Él mismo dijo una vez que el escritor tiene la necesidad de decir cuanto siente, y si algo le afecta profundamente, le es imposible dejar de tomar partido, so pena de dejar de ser él mismo y, sobre todo, de dejar de ser escritor”.

         Esta idea de injusticia es el tema de la novela: el descubrimiento de una perla por parte de Kino, un humilde pescador, provoca un cataclismo vital de tal envergadura que arruina la vida de su familia. Surgen las envidias, afloran los pedigüeños, aparecen los asesinos y ladrones, y los instintos humanos más nocivos impiden la felicidad de Kino, de su esposa Juana, y de su hijo Coyotito, para quien su padre desea un futuro diferente: “Mi hijo leerá y abrirá los libros, y escribirá y lo hará bien. Y mi hijo hará números, y todas esas cosas nos harán libres porque él sabrá, y por él sabremos nosotros” (p. 64).

         La perla tiene ese sentido simbólico que poseen los clásicos de la literatura al permitir constantes relecturas e interpretaciones. El presente reinterpreta los textos esenciales, y esta obra de J. Steinbeck parece decirnos, a modo de parábola, que los desprotegidos del mundo seguirán existiendo, porque la perla de esta novela sale del mar y a él regresa, sin mejorar la vida de los pobres, condenándolos aún más si cabe. La novela se cierra con un final inesperado, que se devora con agradecimiento gracias a la fluidez y a la sencillez expresivas, cualidades que sólo están al alcance de los maestros. 

 

Editorial: RBA.

Título: La perla.

Autor: John Steinbeck.

Primera edición: 1984.

Páginas: 300.

 

 



miércoles, 6 de septiembre de 2023

             ANOTACIONES A PIE DE PÁGINA, 

             Ramón Bascuñana





 

Sorprende la original estructura de este poemario que recibió el pasado año el Premio Juan Gil-Albert convocado por el Ayuntamiento de Valencia. Los cuarenta y cuatro breves poemas que lo forman son el resultado de interpretar –una especie de exégesis poética– las citas que los preceden. Pero, además, pudiera decirse que estas citas seleccionadas sirven de título, pues sintetizan desde el principio la esencia del poema, como si fueran –y valga mi atrevida interpretación– la jarcha que sirve de colofón a una moaxaja, pero al revés.

         Silencio, miedo, soledad, poesía, poemas, sentido de la creación, engaño… son, fundamentalmente, los temas que se tratan de manera recurrente en este libro. Son palabras claves entresacadas de los propios poemas, que giran de manera centrípeta sobre un núcleo temático básico, que es fundamentalmente la reflexión sobre el acto creativo, entendido como instrumento que da sentido a la vida. 

La obra en su conjunto es en un continuo reflexivo –presidido por una acertada claridad expresiva–, que contiene una visión desesperanzada del mundo. Son muchos los poemas que se cierran con una aceptación de la derrota: “…y aspirar al fracaso / que todo amor conlleva” (p. 19); “Desde la culpa de la adolescencia / hasta esta derrota / tal vez definitiva” (p. 23); “Pues quien busca verdad tan sólo encuentra mentiras. / Las que la vida oferta para seguir viviendo” (p. 34).

         Un libro meritorio, original, reflexivo, de pulcra y desnuda escritura, del que comparto el siguiente poema:

 

 

 

Al final del poema está la muerte.

JUAN MARÍA CALLES

 

 

Casi al final de todo está la muerte, / porque todo final / necesita una puerta de salida. / Y es que todo poema / tiende a la derrota. / Ilumina y se apaga. / Se eleva y se derrumba. / No nos salva el poema / o tal vez sólo salva / a quien así lo quiere. / Cuestión de fe, quizás, / aunque yo no la tengo. / No nos salva el poema, / sólo nos resucita unos instantes / en la voz de los otros / y cuando se termina / fracasamos de nuevo, / porque al final de todo están la muerte y la nada, / el silencio: la tumba del olvido.

 

 

 

 

 

Título: Anotaciones a pie de página.

Autor: Ramón Bascuñana.

Primera edición: 2023.

Páginas: 54.

 

 

 

sábado, 26 de agosto de 2023

             NOSOTROS, Manuel Vilas

 


         SHE, Elvis Costello

 



 

Es la tercera novela que leo de este autor (Barbastro, Huesca, 19 de julio de 1962). También dediqué tiempo, hace ya mucho, a su singular obra poética. Si Ordesa (2018) y Alegría(2019) me parecieron novelas interesantes, lo mismo puedo decir de esta que acabo de terminar. 

         Pero qué cuenta y cómo lo cuenta. El argumento es nimio, pero esencial para el desarrollo de la historia. Consiste en el deambular de Irene, una mujer exquisita y bella, de cincuenta años, que pretende vivir con intensidad –guiada por la adicción al placer–, porque considera que solo de ese modo puede acercarse a su difunto marido: “Tal vez fuese posible ver a Marce en el cuerpo de otro hombre, y comprendió que la existencia se reordena a cada instante, en una mezcla inmoral de olvido y de renacimiento”. Al mismo tiempo, la búsqueda de ese goce responde al singular concepto del amor que posee Irene: “El amor vuelve invisibles la fealdad y la maldad del mundo”. Y en su huida por hoteles exclusivos, arrastra el esplendor de su belleza y su anhelo de convertir su propia vida en arte, sin ser consciente –como se desvela al final– de que su comportamiento conllevará también dosis de derrota vital.

El devenir de la novela depara sorpresas que prefiero no desvelar en estas breves notas. Quede claro que lo relevante en las novelas de Manuel Vilas no es tanto qué se cuenta sino la originalidad con las que están escritas. En Nosotros (Premio Nadal de Novela 2023), la prosa es ágil, con toques de humor, con alusiones al poder subyugante de la música y de los perfumes, con retazos poéticos, con acertadas explicaciones sobre el amor y sus consecuencias, y sobre todo con un uso excesivo a la vez que acertado de las digresiones, rasgo este último común en todas sus novelas, lo que, a mi juicio, redundará en una estructura algo deslavazada, pero también en una mayor libertad narrativa para mostrar la calidad literaria de la prosa de Manuel Vilas, plena de ingenio y creatividad. 

         Mención aparte requiere la estructura y el tiempo de la novela. Organizada en capítulos de desigual extensión, Nosotros pudiera considerarse una novela itinerante en la medida en que su protagonista huye del pasado sin un destino cierto, siguiendo el rastro de sus recuerdos compartidos con Marce. Durante su huida por el Mediterráneo, de hotel en hotel, va coleccionando amantes porque considera que con cada encuentro sexual se acerca más a su adorado esposo. Junto a este presente intenso, hay constantes saltos al pasado con el fin de ir desvelando pormenores que ayuden a comprender la desmesurada vida de Irene. 

         Al final, la novela da un giro inesperado con la aparición del psiquiatra López Santaliestra, quien contribuye a aclarar el comportamiento errático y caprichoso de Irene, al tiempo que explica “su adicción a la intensidad” y, por ende, a las fantasías. 

         Me quedo con el cómo, con una escritura que por momentos me recuerda a Juan José Millás y también a otro escritor interesantísimo, el caravaqueño Miguel Sánchez Robles, quien hace años viene indagando en una escritura poética y liberadora.

 

 

Título: Nosotros

Autor: Manuel Vilas

Primera edición: 2023

Páginas: 368

 

 

 

lunes, 7 de agosto de 2023

 

          LOS AMORES DE NISHINO, Hiromi Kawakami

          


           PURE SKY, Yu-Peng Chen







Una vez más me he dejado convencer por la recomendación de una amiga –baste decir que es buena conocedora de la lengua y la cultura niponas– y he leído la novela que nos ocupa, que no difiere mucho en el tono ni en la temática de la que hace unos meses leí: El cielo es azul, la tierra blanca. Y todo se repite: una narración en primera persona, aunque la voz es diferente, pues son los personajes femeninos quienes cuentan su experiencia amorosa con Nishino, un personaje enigmático y casi siempre aludido; también abundan las referencias a una naturaleza amable y delicada (“me había convertido en una más de las hierbas que crecían en el descampado. Una hierba que se mecía lentamente con el viento y prestaba oído a todos los murmullos…”); aparecen con primoroso detalle platos típicos de la gastronomía japonesas; y queda de manifiesto la levedad de las relaciones amorosas, basadas en un concepto del amor ciertamente líquido, esto es, de escasa solidez afectiva: “Qué será el amor? Las personas tienen derecho a enamorarse de otros, no a que los demás las amen. Que yo estuviese enamorada de Nishino no significaba que Nishino tuviese que estar enamorado de mí. Aun sabiéndolo, me disgustaba que no me quisiera tanto como yo lo quería a él. Y como me disgustaba, cada vez lo necesitaba más y más”.

De momento, tardaré en volver a estos autores acostumbrados a bucear en relaciones accidentales y ensimismadas, que suelen transcurrir en mundos donde nada es sólido y escasea el humor y la bondad. 

 

Editorial: Alfaguara

Título: Los amores de Nishino

Autor: Hiromi Kawakami

Primera edición: 2017

Páginas: 240