LA GOLETA DE LOS SIETE MÁSTILES,
Juan Ramón Barat
¿Qué tienen las novelas de Juan Ramón Barat para que gusten tanto a los jóvenes lectores? Y conste que en este laxo concepto de “jóvenes lectores” caben –cabemos– todos los que disfrutamos como niños con sus obras. Por eso, intento comprender cuáles son los rasgos que hacen de este prolífico escritor un autor admirado por lectores y críticos.
Sus novelas –y la que reseñamos es una ejemplo palmario– están escritas con una sencillez engañosa, que resulta muy cautivadora para el lector; acostumbra a conceder el protagonismo a jóvenes que demuestran ser inteligentes y defensores de causas justas (Paula y Raúl tienen el reto de descubrir quién ha robado un sello y quién ha asesinado a Fermín, el abuelo de la protagonista); los diálogos son ágiles, hasta tal punto que muchos de sus pequeños capítulos son guiones perfectos para futuras versiones cinematográficas; y lo que es para mí fundamental, la prosa de Juan Ramón Barat exhibe el don que posee el autor para desarrollar una acción con giros argumentales imprevisibles, como el acierto de insertar anagramas en la resolución del enigma. Y eso –aunque alguien pudiera pensar lo contrario– está al alcance de pocos.
No desvelaré el argumento de la novela si digo que cuenta las aventuras en las que Paula se ve inmersa para descubrir quién ha asesinado a su abuelo, un tranquilo coleccionista de sellos, que supuestamente se ha suicidado. Que sea Fermín uno de los tres poseedores que hay en el mundo del preciado sello “La goleta de los siete mástiles”, lo convierte en un ser amenazado por la avaricia insaciable de otros coleccionistas.
En la obra que nos ocupa aparecen esos ingredientes de misterio habituales en sus novelas: cementerios nocturnos como espacios intimidatorios, delincuentes del Este que actúan como sicarios que trabajan para el mejor postor, tensión argumental que se va acrecentando conforme avanza la obra, y esas sutiles pinceladas poéticas y emotivas que actúan como contrapeso.
He leído unas cuantas obras de Juan Ramón Barat, su poesía, una novela para adultos, he admirado el “trance lector” de algunas alumnas y alumnos cuando están embebecidos con sus libros, y pienso qué hubiera sido de mi generación si, aparte de Martín Vigil y otros de esa cuerda que tanto nos gustaban, hubiéramos tenido la suerte de perdernos una tarde con novelas como las que J. R. Barat regala a la juventud. Por eso, como profesor lector, siento la obligación de recomendar esta y otras novelas de escritor valenciano, sencillamente porque están muy bien escritas y son idóneas para crear lectores.
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