jueves, 23 de julio de 2020




NADA GRAVE, Ángel González





Cientos de páginas se han escrito sobre la vida y la obra del poeta ovetense Ángel González. Mis brevísimas palabras quieren dar cuenta solamente de una más de mis lecturas, algunas de las cuales van conformando mi diario lector en marcha. Una vez leído su último poemario, vuelven de nuevo las palabras esenciales de este poeta clave de la generación del 50: cotidiana aproximación al hombre en su presente, cierta increencia religiosa acorde con sus postulados políticos (“Y la noche es el sueño: al fin, la nada”, se lee en el poema “Algunas tardes”), la amistad y unas sólidas convicciones morales, entre otros aspectos que serían muy prolijo mencionar ahora. Los poemas se adelgazan como se consume la existencia, claros, hondos y sin alharacas expresivas. He aquí dos que me han gustado:


LEO POEMAS

Leo poemas al azar,
leo casi sin pensar en lo que leo.
Cundo me encuentro un verso triste,
siento en el alma como una caricia.
No es que me alivie la tristeza ajena;
es que me siento menos solo.


LA VERDAD DE LA MENTIRA

Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas,
y un a voz cariñosa le susurró al oído:
–¿Por qué lloras, si todo
en este libro es de mentira?
Y él respondió:
                  –Lo sé;
pero lo que yo siento es de verdad.

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