lunes, 17 de junio de 2013




POEMAS, Eloy Sánchez Rosillo

HABER VIVIDO

Haber vivido en este mundo hermoso
inspira confianza. ¿Quién que tenga
cierta experiencia del vivir dirá
que todo fue un engaño? Si escuchaste
al jilguero cantar cuando eras niño,
si has tocado la luz, si conociste
el amor y el dolor, viste la luna,
te dio su sombra un árbol, caminaste
solo o con alguien junto al mar o un río,
sabes de sobra que es verdad la vida
y que somos misterio, que es misterio
cuanto ha existido, o es, o existirá.
También, que aquí te encuentres y que un día
--un día milagroso como todos--
digan que te has marchado y aún se escuche
tu canción a lo lejos.

EL GRANERO

A la hora de la siesta,
muchas veces me iba yo al granero,
a dormir sobre el trigo.
Era una larga cámara,
siempre tranquila y siempre penumbrosa,
de altos techos cruzados por vigas de madera.
Rebosaba de grano
cuando andaba mediado el mes de agosto.
Se estaba fresco allí,
echado --casi hundido--
en las inmensas dunas del limpio cereal
como en arenas movedizas de oro:
cedían lentamente
mientras me acomodaba para buscar el sueño;
tenían la emoción de lo inestable.
Al cabo de un buen rato me despertaba, y aún
pasaba unos minutos sin moverme
y pensando en mis cosas,
tal vez hasta con un leve asomo de frío
en la espalda desnuda.
Y después, dando tumbos y zancadas
por los blandos repechos y declives,
aturdido y confuso todavía,
abría una ventana.
La cruda luz, de pronto, me saltaba a los ojos
y sin piedad hacía presa en ellos;
el bochorno intentaba colarse de rondón
en el ámbito oscuro y apacible.
La mirada al final se acostumbraba
al violento fulgor,
y era hermoso mirar desde la grata sombra
la tierra toda en llamas, los árboles que ardían,
la reverberación de lo lejano.
No se movía nada ni nadie a tales horas.
Si acaso un abejorro o un torpe moscardón
se adentraban inciertos con sus roncos zumbidos
por mis alrededores,
pero volvían súbitos, incomprensiblemente,
a la intemperie cruel.
Daba grandes relinchos el sol sobre los campos
y llenaba de asombro y maravilla
al niño del granero.

1 comentario:

  1. Rosillo nos señala que poesía y vida pueden ser sinónimos. Gracias por traerlo.

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