lunes, 11 de febrero de 2019



EN LAS ESTRELLAS, Iván Palomares







VIDAS CALLADAS, José Mateos

No sé si sabría vivir sin leer y sin escribir ni una línea. No sé si sabría llenar mi tiempo sin recurrir a la dulce cobertura de las palabras. No puedo soportar que mi estado de ánimo dependa de eso: de un buen libro por delante o de una buena frase en el ordenador. Lo que comenzó siendo una búsqueda se ha convertido en una obsesión y casi en una profesión. Y no sé si a estas alturas sería capaz de prescindir de esas actividades para ser lo que soy sin ellas, sin toda la polvareda que levantan alrededor. No sé. Pero a veces pienso que no estaría mal esa renuncia. Al menos durante unos años. ¿Qué haría? Nada. No haría nada. Absolutamente nada. No escribir en la página en blanco para poder leer en ella. Ver crecer el silencio. Mirar, durante horas, ese desconchón de la pared. Sin pensar. Sin sacar conclusiones. Hasta descubrir que es, como todo, un mapa en miniatura del paraíso.

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