ELOGIO DE LOS TIRAFONDOS, Julia Conejo
Alonso
En todas las
familias
hay alguna cuñada,
tía, prima
que sabe qué
hay que hacer exactamente
cuando un bebé
no deja de llorar.
Alguien a
quien se llama siempre
para arreglar
un grifo que gotea,
para cambiar
un enchufe en mal estado,
para
ensanchar un vestido que ya no nos sirve,
para peinarte
con un recogido
antes de ir a
una boda.
Alguien que
viene a tu casa
y te pide que
le dejes unos tirafondos
para ayudarte
a anclar la estantería,
sin sospechar
que si le sacas
la caja
entera de herramientas
es porque no
tienes la menor idea
de lo que es
un tirafondos.
Tú también
tienes tus habilidades:
podrías
recitar el soneto XXIII de Garcilaso
o exponer el
análisis sintáctico
de cualquiera
de las frases
que se
obsequian en una conversación.
El otro día
te llamaron
para
preguntarte si el verbo prever
se escribe
con una sola e
o con dos.
Y te sentiste
tan imprescindible,
tan llena de
sabiduría utilitaria,
como si
hubieses colocado sin ayuda
los
tirafondos de todos los armarios
que en el
mundo han sido anclados
a una pared.
Gracias por compartirlo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti por tu libro, por tu poesía. A mis alumnos de instituto y universidad les gustó cuando se lo leí. Un abrazo.
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