Acostumbrado a las agradables novelas de este autor, he decidido leer esta carta autobiográfica dedicada a su madre. Creo que es una obra menor dentro de la abundante producción de Georges Simenon (Lieja, 13 de febrero de 1903-Lausana, 4 de septiembre de 1989). Mantiene un estilo directo, sencillo y, por momentos, simple, con un tono aséptico que expresa la escasa empatía que existía entre madre e hijo. De la larga nómina de autores que han escrito este tipo de “novelas” epistolares a sus progenitores, la que ahora cito no destaca por sus méritos literarios.
Dice G. Simenon:
“Sufrías la vida. No la vivías”. (…)
Mientras viviste, nunca nos quisimos, bien lo sabes. Los dos fingimos. Hoy, creo que cada uno de nosotros tenía una idea y inexacta del otro.
¿Se adquirirá, cuando se está a punto de partir, una lucidez que no se ha tenido antes? Aún lo ignoro” (pp.6-7).
“…Toda tu vida tuviste interés en formar parte del mundo de los humildes. Te asombraría mucho en enterarte de que a mi edad yo me acerco cada vez más a él, porque siento que también mi mundo y porque es el mundo de la verdad” (p. 53).
viernes, 21 de febrero de 2025
LE E R
MI
B I B L I OTECA
Al fin lo he conseguido. He ordenado mi biblioteca. La he reducido en algo más de mil volúmenes, que he considerado innecesarios para este nuevo tiempo de madurez en el que –en palabras de Unamuno– releer es más importante que leer novedades. En cualquier caso, no deseo dar la espalda a las lecturas de calidad que el azar y otros menesteres pongan en mi camino. Así es que ya no es tiempo de compartir reseñas. Durante muchos años redacté para editoriales guías didácticas de Literatura Juvenil, y también compartí otras de literatura para adultos, sin ningún afán académico, guiado tan solo por el singular susurro que percibía en cada libro.
He comprobado, mientras reorganizaba mi biblioteca, que este quehacer me ha supuesto vivir de nuevo, porque cada libro contieneel fotograma de un tiempo vivido, su porción de realidad, su propia capacidad para evocar un tiempo ya ido. Un ticket del metro de Madrid, una servilleta de una cafetería de Murcia son objetos tan poderosos como lo fueron las magdalenas para el señor Proust.
Leer, como decía mi admirado Azorín, es vivir, es ver pasar la nubes.
Cada uno tiene su intrahistoria literaria y vital, y poco importa que otros la valoren. Por eso ahora me gusta compartir fragmentos de los libros que voy leyendo, y algunos textos que por singulares razones me interpelan en este presente sucesivo en que me hallo.
Siento que me queda un tiempo extraordinario.
martes, 4 de febrero de 2025
LA TABERNA DE SILOS, Lorenzo G. Acebedo
Este libro me lo recomendó el dueño de una conocida librería de Elche antes de que empezara a convertirse en un súper ventas. Iba buscando una novela entretenida para mi nuera y acabé comprando una más, esta que comento. Al principio pensé que se trataría de una novela de misterio con tramas sugerentes que transcurren, en este caso, en el Monasterio de Silos, una novela en las antípodas de esos otros ejemplos que los puristas elogian por su “calidad de página” o por su “alquimia estilística” para alejarse –de paso– de novelas más cutres o carentes de literatura. Pero con la pequeña cata lectora que hice en la librería pude intuir que estaba ante una obra de notable calidad literaria.
Con los años me sigue gustando que las novelas me interpelen,que me sorprendan por algo que pueda ser destacado, que me subyuguealgún aspecto del contenido, acaso un personaje, o algunas páginas dispersas en las que consigo apreciar la impecable factura de un estilo personal, de una escritura que sea “sencilla como una paloma y sagaz como una serpiente”, en palabras de este desconocido Lorenzo G. Acebedo.
Las letras que conforman el nombre del autor o autora es un anagrama del primer escritor de nombre conocido en lengua castellana, Gonzalo de Berceo. Se persevera así en esa “moda” que iniciara Elena Ferrante, la escritora italiana también desconocida que compuso La amiga estupenda, una novela muy apreciada por muchos lectores. Algo parecido le sucedió a Carmen Mola, bajo cuyo nombre se escondía un equipo de tres experimentados escritores, que se vieron obligados a salir del anonimato para cobrar los pingües emolumentos del premio Planeta.
¿Y de qué va, qué aporta La taberna de Silos? Como no quisiera hacer un destripe de la novela, baste decir que si el lector está dispuesto a retrotraerse al siglo XIII y adentrarse en un mundo literario e histórico similar –mutatis mutandis– al que Umberto Eco ofreció en En nombre de la rosa, digo, que si está dispuesto a eso, encontrará el manejo acertado de una historia sugerente, propia de una novela de intriga; hallará un homenaje al vino, ese licor con el que hay que saber convivir por aquello de in vino veritas; se verá inmerso en las más hondas pasiones, pues la mirada que Gonzalo proyecta sobre la hermosa Elo y la seductora mora Fátima, nos regala páginas de impecable belleza, sin contar otros detalles más escabrosos y alguna alusión a la mujer que nos recuerda cierta misoginia frecuente en la literatura medieval (“intentar saber lo que hará una mujer es como adivinar hacia qué lado emprenderá el vuelo un pájaro de la rama de un árbol”); el lector disfrutará de breves textos quecontienen una honda sabiduría del misterio de vivir (“la confesión es la forma más hábil de espionaje que ha inventado la humanidad”, o “dicen que solo se tiene lo que no se puede perder en un naufragio”); también algunas reflexiones sobre el difícil y vanidoso ejercicio de escribir (“el número de los poetas es difícil de contar, amada, como el de los necios y el de las estrellas”); y también podrá conocer una defensa de la labor de los copistas en su empeño personal de aprender y de difundir la cultura (“Copiar un libro palabra por palabra es la única forma verdadera de poseerlo. Quien lee un libro copiado por otro no lo alcanza nunca, y no digamos ya quien solo puede escucharlo, como le sucede a la mayoría. Es como si mirara un jardín o un bosque desde fuera. Nunca llegará a su corazón. Ni el claro del bosque ni la fresca sombra en el centro del jardín son para él”).
Que luego la obra se enrede mínimamente en plasmar el anhelo de autarquía de un monasterio que rehúye el poder y la avaricia de la Iglesia es una cuestión menor y necesaria para lograr la necesaria verosimilitud histórica. A mi juicio, lo realmente meritorio de esta novela es la sabiduría con la que el anónimo autor narra y maneja el castellano.
miércoles, 22 de enero de 2025
LÁGRIMAS NEGRAS, Hermanos Gutiérrez
POEMAS, Amalia Bautista
DESNUDO DE MUJER
Para ti nunca fui más que un pedazo
de mármol. Esculpiste en él mi cuerpo,
un cuerpo de mujer blanco y hermoso,
en el que nunca viste más que piedra
y el orgullo, eso sí, de tu trabajo.
Jamás imaginaste que te amaba
y que me estremecía cuando, dulce,
moldeabas mis senos y mis hombros,
o alisabas mis muslos y mi vientre.
Hoy estoy en un parque donde sufro
los rigores del frío en el invierno,
y en verano me abraso de tal modo
que ni siquiera los gorriones vienen
a posarse en mis manos porque queman.
Pero, de todo, lo que más me duele
es bajar la cabeza y ver la placa:
“Desnudo de mujer”, como otras muchas.
Ni de ponerme nombre te acordaste.
LAS COSAS PEQUEÑAS
No menosprecies nunca
el poder de un cerilla
ni de un temblor de labios:
en las cosas pequeñas
hallarás el origen del incendio.
viernes, 3 de enero de 2025
FELIZ AÑO
No suelo exigirme ningún propósito personal a principios de año. Bastante milagro es que la vida fluya serenamente durante el mayor tiempo posible. Sin embargo, este 2025 quiero ver realizados tres pequeños deseos: releer lentamente, una vez más, el Quijote, ese extraordinario libro, cuyo personaje principal es un dechado de ilusión permanente; incorporar nuevas palabras a mi diccionario personal, porque a estas alturas de mi vida aún sigo aprendiendo léxico y sigo estando fascinado por el poder semántico de esos seres diminutos capaces de transformar el mundo; y, por último, aprender poemas de memoria, porque la poesía siempre será la palabra esencial, la música del alma, la belleza de la verdad, y no sé cuántas cosas más.
martes, 17 de diciembre de 2024
CINEMA PARADISO, Michel Camilo & Tomatito
Manuel Vilas
Sé que moriré sin leer muchos libros que me hubieran salvado la vida. Se quedarán perdidos, sepultados, escondidos, en el caos de mi biblioteca o de otras bibliotecas. Cientos de libros excepcionales no serán leídos nunca por seres humanos excepcionales. Por eso me sonrío cuando los editores de revistas, o de periódicos, o de libros, me piden textos inéditos. Pienso: Cervantes es un escritor inédito para el 90% de los españoles. Toda la historia de la literatura está inédita para millones y millones de seres humanos que no leen (…)
Don Quijote, cumplidos los cincuenta, dejó de leer y eligió vivir. También yo cierro los libros, como hizo Don Quijote, y me levanto de la mesa, y salgo a la calle. Y descubro entonces la hermosura de la vida. Y me pongo muy nervioso, porque todo es ferozmente intenso: la gente, las calles, los árboles, las casas, los semáforos, las nubes, las tiendas. Y entonces regreso a mi casa. Y no quiero que nada se pierda. Y abro el ordenador. Y escribo, como escribieron cientos de seres humanos antes que yo, con la misma intención de que no se desvanezca la hermosura de la vida. Somos una cadena de fantasmas enamorados. Celebremos las páginas que hombres y mujeres escribieron al servicio y dictado de la vida y que no leeremos jamás.
miércoles, 4 de diciembre de 2024
CADILLAC RANCH, Antonio Tocornal
Si el placer de leer consiste en que un lector disfrute de las expectativas que un libro genera, de manera que no sienta pereza al pasar las páginas, sino más bien lo contrario, un deseo de avanzar guiado por una gozosa sed lectora, si esto es así, creo que la escritura que exhibe Antonio Tocornal en este ramillete de quince cuentos extraordinarios es un ejemplo de lectura placentera de unos cuentos que muestran situaciones insólitas que se resuelven con desenlaces inteligentes e insospechados.
Un autor en estado de gracia, que nunca abandona al lector.
Enhorabuena.
jueves, 28 de noviembre de 2024
EL MEJOR LIBRO DEL MUNDO,Manuel Vilas
(NOTAS PARA UNA FUTURA RESEÑA)
RESPIRO 3, Olivia Belli
Hace años obtuve algún pírrico emolumento con la escritura de unos pocos artículos académicos. Después, cuando publiqué muy ocasionalmente en EL PAÍS, en LA RAZÓN y en ABC (aquí únicamente una carta al director), sentí algo parecido a un engañoso prestigio, una satisfacción ingenua que me animaba a seguir. Han transcurrido también muchos años de las reseñas que publiqué en el suplemento Artes y Letras de INFORMACIÓN. Y ahora disfruto con breves textos que dan cuenta de mis lecturas, sin importarme si se ajustan a ese canon subjetivo de lo que debe ser una crítica. Por eso comparto estas “Notas para una futura reseña”, a sabiendas de que nunca la escribiré.
1. En esta obra de Manuel Vilas no existe ese planteamiento, nudo y desenlace habitual en las novelas, pero ya sabemos que este género es muy laxo y que todo lo que se vende como novela se considera como tal. Es un cajón de sastre donde cabe todo, incluso este último libro de Manuel Vilas, que se adentra en ese pantanoso e inestable territorio de la autoficción, aunque creo que nos cuenta su verdad.
2. Que no se me olvide insistir en que me gusta su escritura digresiva, aunque poco digestiva cuando se torna pesimista, pero muy grata cuando abunda en el humor. Se empeña en recordarnos de manera recurrente que él solo anhela la comedia, la alegría, la bondad que salva, aunque considero que la novela tiene bastante de tragicomedia, pues está trufada de todas sus obsesiones e inestabilidades –incluida su adicción a la “farmacopea”– que le afectan como hombre y escritor.
3. Leer a Manuel Vilas es someterse a una escritura trepidante que aborda temas insospechados para el lector (sus manías, su amor a los relojes, su preocupación por el paso del tiempo, su obsesión por la belleza, su amor a la comida y a los hoteles, y muchas cosas más). Sorprenden sus desdoblamientos en unos personajes que de alguna manera definen rasgos de la personalidad del autor. Me refiero al papel que desempeñan Mendigo Enamorado y Carmelita Descalzo.
4. El mejor libro del mundo sigue la senda de Ordesa en esa constante recreación de su mundo familiar; una novela llena de alusiones a su padre, a su madre, a sus hijos y a su pareja, Ana Merino, así como a algunos escritores amigos.
5. También es un homenaje a sus autores preferidos (Kafka, sobre todo, a quien escribe una carta) y también a Cervantes, o mejor, al personaje don Quijote, una creación ficticia que en el futuro –según M. Vilas– eclipsará a su creador. Admira a Juan José Millás, Luis Landero y J. Gil de Biedma, entre otros. Cita las obras literarias por las que siente admiración. Insiste en la fascinación que siempre ha sentido por el cine y las bandas sonoras, y reconoce que han ejercido una gran influencia en su formación como escritor. De manera subjetiva, opina sobre la vida literaria y el mundo editorial.
6. A ver cómo comento, sin ánimo de polemizar, que me ha sucedido lo mismo que cuando leí Ordesa: me parecen novelas muy largas en la medida en que, al no plantear una trama concreta, las elucubraciones del autor se hacen en alguna ocasiónreiterativas.
7. Y para terminar mi futura reseña, pondré algún texto que me haya llamado la atención. Escogeré entre los siguientes:
-“La evidencia de que Dios no existe es un logro natural de mi capacidad de comprensión de la vida”.
-“Llevo muy mal otro asunto, es el asunto de que todos los escritores que conozco escriben porque quieren hacerse famosos, ganar dinero y tener prestigio”.
-“La literatura, la fe en la literatura es una de las grandes humillaciones en que hemos caído miles y miles de seres humanos”.
-“Solo hay un camino: la bondad absoluta”.
-“Ser nadie es una forma de libertad”.
-“Me hipnotiza el poder igualitario de la muerte”.
-“En el amor al padre me quedo siempre con Manrique”.
-“Yo no soy un escritor, sino un adicto a las palabras, un adicto a la vida que hay en las palabras. Bienvenido al país de las maravillas, a la máxima fluctuación de los pensamientos y de las formas”.
-“El destino de los escritores españoles es el olvido profundo, del que solo se han salvado dos en quinientos años: Cervantes y Lorca”.
-“El envejecimiento te hace tolerante. La tolerancia es una conclusión de la inteligencia. Te haces tolerante en moral y en política, pero a la vez te guardas para ti, para tu corazón, el misterio de la belleza.
No hablas con nadie, solo buscas un poco de belleza”.
-“Y lo diré una vez más para que me quemen vivo los poetas españoles: la poesía está muerta y enterrada. Pero yo la seguiré escribiendo, porque es la única forma que tengo de bendecir la vida”.
-“Ver un montón de películas al día te distrae de ti mismo. Prefiero ver películas que leer novelas. Me cansa menos. Las novelas me ponen nervioso porque pienso que todo el mundo escribe mejor que yo y entonces me deprimo”.
-“Las interpretaciones de las obras literarias, especialmente en lo que a la poesía se refiere, son actos de fe. No sirven para nada”.
-“Virginia Woolf escribió una novela que cambió mi vida, esa novela se llama Las olas”.
“Mi enfermedad es la literatura y mi medicación contra la literatura es la literatura, mi oficina es el fuego”.
-“Todos los seres humanos de este planeta buscamos lo mismo: el placer de vivir. Comemos, viajamos, trabajamos y hacemos el amor a la búsqueda siempre del profundo acto de la celebración de la vida”.
-“Adiós, Dostoievski, hemos terminado para siempre. Vete con otro o con otra, yo ya no te aguanto más. Eres el pelmazo más adorable no de la historia de la literatura sino de la historia de la solemnidad”.
-“Envejecer al lado de otro es un regalo de la vida”.