LA
CICATRIZ, Sara Mesa
“Él seguía sin pedirme nada, solo mi atención”. Esto dice Sonia, la
protagonista de esta novela cuando, avanzada la trama, es conciente de que su
relación con el extraño Knut es atípica y conviene concluirla. Y lo es porque
este hombre es un ser humano al otro lado del ordenador, a quien conoce en un
chat y con quien sin apenas darse cuenta va estableciendo unos vínculos
personales difíciles de romper.
A lo largo de muchas páginas
asistimos a los consejos de Knut. Sabemos que es un hombre de gran envergadura,
ocioso, cleptómano profesional hasta el punto de agasajar a Sonia con muchos
regalos robados, poseso de la sensualidad y distante del sexo. Knut es un
personaje capaz de ayudar a Sonia hasta el punto de prometerle un salario para
que ella pueda dedicarse exclusivamente a la escritura: “La familia es
incompatible con la escritura”. E insiste en corregirle sus cuentos, en
apoyarla: “Solo si escribes podrás justificar tu existencia en el futuro”. Cobran
importancia los reiterados comentarios sobre los libros que puedan resultar
interesantes para la formación de Sonia como escritora. Y esta peculiar relación
acaba con el matrimonio de Sonia y Verdú, un hombre comprensivo, apenas un
contrapunto tratado sin profundidad psicológica en una novela donde sobresalen
Sonia y Knut, con sus vidas individualistas en permanente estado de reflexión.
Con una prosa precisa y sin
efectismos estilísticos, Sara Mesa consigue urdir una historia interesante,
sabiamente dosificada, con un argumento transgresor cuyo desenlace solo se intuye
en las últimas páginas, cuando Sonia presenta su novela (que es la novela que
leemos y que trata sobre la existencia digital que Sonia y Knut han vivido, con
apenas un único encuentro furtivo en Cárdenas, trasunto de cualquier capital).
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