miércoles, 28 de septiembre de 2016





LA CICATRIZ, Sara Mesa

“Él seguía sin pedirme nada, solo mi atención”. Esto dice Sonia, la protagonista de esta novela cuando, avanzada la trama, es conciente de que su relación con el extraño Knut es atípica y conviene concluirla. Y lo es porque este hombre es un ser humano al otro lado del ordenador, a quien conoce en un chat y con quien sin apenas darse cuenta va estableciendo unos vínculos personales difíciles de romper.
A lo largo de muchas páginas asistimos a los consejos de Knut. Sabemos que es un hombre de gran envergadura, ocioso, cleptómano profesional hasta el punto de agasajar a Sonia con muchos regalos robados, poseso de la sensualidad y distante del sexo. Knut es un personaje capaz de ayudar a Sonia hasta el punto de prometerle un salario para que ella pueda dedicarse exclusivamente a la escritura: “La familia es incompatible con la escritura”. E insiste en corregirle sus cuentos, en apoyarla: “Solo si escribes podrás justificar tu existencia en el futuro”. Cobran importancia los reiterados comentarios sobre los libros que puedan resultar interesantes para la formación de Sonia como escritora. Y esta peculiar relación acaba con el matrimonio de Sonia y Verdú, un hombre comprensivo, apenas un contrapunto tratado sin profundidad psicológica en una novela donde sobresalen Sonia y Knut, con sus vidas individualistas en permanente estado de reflexión.
Con una prosa precisa y sin efectismos estilísticos, Sara Mesa consigue urdir una historia interesante, sabiamente dosificada, con un argumento transgresor cuyo desenlace solo se intuye en las últimas páginas, cuando Sonia presenta su novela (que es la novela que leemos y que trata sobre la existencia digital que Sonia y Knut han vivido, con apenas un único encuentro furtivo en Cárdenas, trasunto de cualquier capital).


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