martes, 19 de diciembre de 2023

 




                        AGRICULTORES Y ESCRITORES, Julián Montesinos 


Mientras paseo en bicicleta por el campo de Elche, observo a algunos trabajadores ocupados en labores agrícolas. Al instante, siento hacia ellos un afecto casi fraternal, porque sé que tenemos algo en común. Ellos son agricultores profesionales y yo un escritor aficionado, que de momento no quiero dejar de serlo. Además, ambos usamos las manos para crear un producto: una alcachofa y un texto, por poner un ejemplo cualquiera.

Mientras bebo agua, contemplo sus cuerpos curvados sobre la tierra, que agradece el tibio sol del invierno. Para anotar estos pensamientos, saco el móvil y comienzo a escribir ideas que demuestren las coincidencias que existen entre quienes trabajan los campos y quienes se afanan en crear mundos de ficción con las palabras.

Estoy convencido de que los agricultores y los escritores son dos colectivos explotados por el sistema capitalista en que vivimos. He pensado en cambiar estas palabras bruscas, pero decido dejarlas porque hay en ellas cierta verdad, que paso a aclarar. 

    Salvo contadas excepciones, los agricultores y los escritores no suelen ser personas acaudaladas. Los primeros producen sabrosos productos y perciben por ellos unos pocos céntimos de euro, mientras las empresas intermediarias obtienen pingües beneficios. Y los segundos alimentan nuestro espíritu e ingresan, por lo general, el 10 por ciento del valor de venta de un libro, mientras las editoriales, las librerías y las distribuidoras reciben mayores porcentajes. 

Aun siendo el origen necesario de la cadena productiva, ambos son maltratados económicamente. A pesar de esta injusta realidad, ser agricultor y escritor sigue siendo un honor.

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