lunes, 2 de octubre de 2023

 

LA ÚNICA CERTEZA, 

Josune Intxauspe

 




 

WATCHING THE APPLE TREE, 

Jonas Holmes Must






 

Después de El color del tiempo (Ediciones Gollarín, 2007) y Un lugar de paso (2016), Josune Intxauspe (Pasajes, Guipúzcoa, 1963) nos sorprende con una obra breve e intensa, en la que nada sobra y nada se echa en falta, y con la que ha obtenido el premio de novela corta “Pueblo de Bobadilla”.

La única certeza narra la historia de un hombre, Andrés Pombo, que tiene que huir de Labaz, trasunto literario de un pueblo pesquero del País Vasco, porque, durante los años crueles de la posguerra, ha sido delatado por defender ideas contrarias al régimen. Pero no plantea solo la lucha de Andrés Pombo ante las adversidades, sino, sobre todo, la de su mujer, Pura Neira, y la de todos sus hijos y familiares, cuyas vidas se ven condicionadas por esas circunstancias. 

Con una narración pulcra que ahonda con sabiduría en los sentimientos y los pensamientos de los personajes, el lector va componiendo un mosaico vital en el que se desenvuelven unos hombres y mujeres que anhelan vivir con dignidad. Y esta palabra es esencial, porque la lucha por la vida de Andrés Pombo y su familia está guiada por un anhelo de dignidad, que les permita vencer al dolor, al odio irracional y al poder corrupto. Sin apenas descripción física del entorno ni de los protagonistas –no es esa la pretensión de la autora–, vamos conociendo, con la voz del narrador, la personalidad de todos ellos. 

Pura Neira es, a mi juicio, el personaje clave de la obra, pues acaba convirtiéndose en la única certeza de Andrés Pombo. Al final de la obra, leemos estas conmovedoras palabras: “Se abrazaron despacio, como lo hacían antes y después del amor. Ella lloraba nada más que con lágrimas, sin ruido y sin palabras. Después se miraron al fondo de los ojos para hurgar cada uno en la trastienda del otro y comenzar a saber. En su lecho acabaron de decirse lo necesario y despuntando el día pudieron dormir” (p. 110).

El resto de los personajes son igualmente necesarios y están muy bien perfilados psicológicamente. Selma, la hija pequeña, representa la inocencia, la alegría y sobre todo la esperanza de vivir en un mundo mejor, al tiempo que se convierte en un contrapunto de entusiasmo en una sociedad atenazada por el odio y la miseria. Roberto es otro personaje diferente, protegido para que se mantenga al margen del mundo duro de la mar, con el fin de que consiga ser alguien en la vida. Damián Souto representa la maldad, el odio irracional que ni siquiera él mismo consigue controlar, y acaba siendo un miserable delator. Moncho es un loco cuerdo, un hombre leal a Andrés Pombo, “un hombretón con ademanes propios de un niño asustado que tenía la obsesión de la verdad y la lealtad” (p. 116); además es capaz de intuir –tal es el grado de complicidad entre ellos– el desenlace de la novela con tan sólo observar a Andrés Pombo. Conchita es una prostituta de escasa presencia en la obra, pero determinante para su desenlace; ejemplifica la necesidad de no juzgar y encarna la ilusión y la belleza, tal y como se pone de manifiesto en la emotiva carta de despedida que le escribe a Selma (p. 103). Francisco Campos y su casquivano hijo, Germancito, son actores imprescindibles para comprender, entre otros aspectos, el opresivo mundo empresarial de la dictadura.

La hegemonía de la narración es tanta que los diálogos se integran, mediante el estilo indirecto, en el discurso narrativo sin restar agilidad al desarrollo de la historia. Un narrador omnisciente va definiendo los rasgos esenciales de los personajes y reproduciendo sus opiniones (p. 72), con la consiguiente ausencia de diálogos y el uso recurrente del monólogo interior. 

Esta novela está muy bien escrita y se lee con una fluidez extraordinaria. Por eso uno lamenta que no tenga –de momento– la distribución que debería tener. Ojalá funcionen las recomendaciones entre esa silenciosa masa de lectores atentos y pueda su autora sentir el cálido reconocimiento que merece. Estoy convencido de que hay que tener mucha destreza para que el pulso narrativo de esta obra –de sencillo argumento y logrado estilo– no decaiga en ningún momento. A través de quince breves e intensos capítulos, Josune Intxauspe lleva al lector a un desenlace inesperado y estremecedor, en el que sólo el perdón, –o mejor, la compasión– puede reconfortar a un ser humano. Al final, cierra uno el libro satisfecho, y siente, como la autora, que el amor es y será la mayor certeza de la vida.

 

Editorial: Ediciones Emilianenses

Título: La única certeza

Autor: Josune Intxauspe Prego

Primera edición: 2023

Páginas: 123

 

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