domingo, 2 de octubre de 2022

 

 

 

 

               LO QUE AMOR YO SÉ, Ricardo Bermejo

 

 



DIARIO DE LECTURA / 440

 

 

Ricardo Bermejo Álvarez es un poeta pacense (Fuente de Cantos, Badajoz, 1961). Reside en San Fernando (Cádiz) desde 1977. Marino de profesión, su quehacer poético está jalonado por los premios más importantes: Bahía, Espronceda, Ateneo Jovellanos, Gerardo Diego, Gabriel Celaya, Ernestina de Champourcin, Antonio González de Lama, Leonor, entre otros.

He disfrutado leyendo este libro de poemas. Aunque por sus escasos versos pudiera parecer un libro menor, Lo que de amor sé es un poemario que ahonda en el abismo inabarcable del sentimiento amoroso. Distinguido con el XVIII Premio de Poesía Carmen Merchán Cornello en 2020, Ricardo Bermejo ofrece un conjunto de versos que demuestran no solo una inusual capacidad para abordar un tema universal desde la hondura de la pérdida hasta el gozo más imprevisto, sino que, además, exhibe un gran dominio formal y métrico.

         Aspectos narrativos apuntan en uno de los poemas más hermosos:

 

MI CORAZÓN Y EL MAR

 

A veces el amor me parece infinito,

tan minuciosamente inmenso y prodigioso

como las caracolas donde resuena el mar.

 

Entonces me enamoro de detalles minúsculos,

de, por ejemplo, cómo les hablas a los álamos

o caminas despacio, funambulescamente,

junto al río de la vida.

 

Y también me enamoro

de escoger las palabras con que intento decir

que a veces el amor se parece a la angustia

sin fin e irremediable del verso de Machado:

“Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar”.

 

A veces el amor parece estar de vuelta

de imposibles confines a los que no hay distancia

y me ofrece un adverbio de lugar junto a ti.

 

Entonces me enamoro de un bisiesto año luz

o ver girar los radios de nuestras bicicletas

mundo a través, de paso hacia nosotros mismos.

 

Y también me enamoro

de la mirada párvula, sin rumbo y sin destino

con que escrutas el mar resumido en un atlas

o contemplas la ausencia que se augura en el aire

cuando se ha disipado el humo de los barcos.

 

A veces el amor se parece a la magia

de nevar los almendros sobre el pecho de marzo

o sacarse del sueño un pañuelo interminable.

 

Entonces me enamoro de los que no comprendo

pero me maravilla: de los tonos flamantes

con que la primavera repinta el mundo y tiñe

tu voz de transparencia.

 

Y también me enamoro

de ver llegar cigüeñas a las torres del pueblo

o de puntear la diéresis de esta íntima palabra

cuyo vuelo retorna del helor de otro río

cual alma fugitiva que viene a dar canciones.

 

Y a veces el amor no se parece a nada

de lo que sé o conozco

y es un escalofrío

al final de las tardes dulcemente lluviosas.

 

Por eso me enamoro, sin darme apenas cuenta,

del vaho de la vida que empaña la ventana

desde donde te miro llegar a este poema

con tu luz bajo el brazo.

 

Y también me enamoro

del lapso de penumbra que precede a las lámparas

o de oírte decir, como si declamases,

que a veces el amor se da un aire a los sueños

leídos en voz alta

                           y a esta melancolía.

 

El humor actúa como contrapunto, tal y como sucede en esta miniatura:

 

SIMIÓTICA

 

Ahora mismo

treparía a un ombú

y a un baobab

y a un almez,

solo para otearte, amor mío,

de arriba abajo

y viceversa.

 

         Y otras veces, el poeta juega con una estructura métrica innovadora, que se apoya en una engañosa sencillez para construir un acertadísimo y original poema.

 

TATTOOS

 

*

Mírame antes de tocarme.

Tócame y después no me mires.

Si vas a tatuarme una sílaba,

cerciórate de que haya suficiente

silencio en mi piel.

Si lo haces,

que sea en la palma de esta mano mía

y que sea la palabra “voz”.

 

 

**

Tócame antes de mirarme.

Mírame y después no me toques.

Si vas a tatuarme una sílaba,

asegúrate de que haya bastante

oscuridad en mí.

Si lo haces,

que sea en la palma de mi otra mano

y que sea la palabra “luz”.

 

 

 

 


2 comentarios:

  1. Magnífico ese poema sobre el amor. Yo admiro a Ricardo por su calidad poética y humana. Lo considero un amigo y un gran poeta. Tiene versos sublimes y una voz propia

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  2. Estimado Miguel, me dieron su libro en Sevilla cuando recogí el premio Carmen Merchán. Comparto tus palabras sobre Ricardo Bermejo. Tengo para ti un ejemplar de mi libro allí premiado, "Todo claro". Te lo enviaré en breve. Un abrazo.

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