BOY (relatos de infancia), de Roald Dahl
“Sustentaba una
curiosa teoría en cuanto al modo de desarrollar el sentido de la belleza en las
mentes de sus hijos. Cada vez que mi madre se quedaba embarazada, esperaba
hasta los tres últimos meses de embarazo y entonces le anunciaba que debían
comenzar los “paseos esplendorosos”. Estos paseos esplendorosos consistían en
llevarla a sitios de gran belleza de paisaje y pasear con ella por espacio de más
o menos una hora cada día a fin de que absorbiese el esplendor del entorno. Su teoría
era que si los ojos de una mujer encinta observaban constantemente la hermosura
de la naturaleza, esta hermosura se transmitiría de alguna manera a la mente
del hijo por nacer, y éste sería luego un amante de las cosas bellas. Tal fue
el tratamiento que todos sus hijos recibieron antes de venir al mundo”.
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