domingo, 14 de junio de 2015







KAFKA Y LA MUÑECA VIAJERA, Jordi Sierra i Fabra


La vocación literaria de Jordi Sierra i Fabra es incuestionable. Es un escritor prolífico y de calidad (y esto no es un demérito, pese a quien pese); es un escritor que conecta como pocos con la sensibilidad de los lectores infantiles y adolescentes; es un escritor que apoya, a través de su fundación (visiten su magnífica web), loables iniciativas para fomentar la lectura y la escritura. Por lo dicho aquí a vuela pluma y por la novela que quiero compartir, es un honor que este autor figure en mi blog.
Siempre he creído que existen muchos modos de leer a lo largo de la vida, y que la lectura inaugural de la adolescencia contiene una intensidad que poco a poco va perdiéndose en favor de una supuesta sabiduría lectora. Esta novela es un ejemplo máximo de lo que yo entiendo por literatura infantil y juvenil: son esos libros que pueden ser leídos y disfrutados por lectores de cualquier edad.

En uno de sus paseos matinales Kafka escucha el llanto desconsolado de una niña, Elsi. No hay indicios de que la niña calle y se tranquilice en ese parque donde todo es paz. Pero Kafka accede con ciertas reticencias a hablarle, a comprender el origen de ese dolor. Y descubre que sus lágrimas obedecen al hecho de que ha perdido a su muñeca, Brígida. Con tal de ver el rostro de Elsi lleno de alegría, Fran Kafka finge ser un cartero de muñecas. De ella se dice: “Era guapa, como todas las niñas pequeñas. Guapa por ser primavera de la vida” (p.15). De este modo comienza una historia increíble y tierna, con la que vamos conociendo los entresijos de una relación de afecto entre el escritor y la niña, un personaje muy convincente que espera cada día una nueva carta de su muñeca y obliga a que el escritor aparque todos sus compromisos, porque él sabe que la vida, la alegría de la niña y su implicación como hombre valen la pena. Al final, y después de hacerle creer que las cartas llegan de los lugares más lejanos del mundo, Kafka le regala una muñeca, la más hermosa que encontró. Antes de despedirse le dijo que se llamaba Dora, como la compañera que acompaña a Kafka en sus últimos días de vida.
Una novela entrañable escrita con un pulso narrativo muy logrado, y un tono poético acertado.
He aquí algunas citas que permitirán reflexionar a los jóvenes lectores de cualquier edad.

-“Elsi, has de saber que vivir representa ir siempre hacia delante, aprovechar cada momento, cada oportunidad y cada necesidad. Tú también lo harás dentro de unos años. Las personas y las muñecas estamos hechas de sentimientos y emociones que hay que ir gastando poco a poco. Son nuestra energía vital” (p. 52).
-“Y el miedo es algo malo y perverso que limita la libertad. Quien tiene miedo no vive, agoniza” (p. 58).
-“Una persona no siempre tiene ganas de reír, o de cantar. A veces se detiene y, simplemente, se siente en paz” (p. 97).
-“Viviremos cada cual en la memoria de la otra, y eso es la eternidad, Elsi, porque el tiempo no existe más allá del amor” (p. 52).



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