KAFKA
Y LA MUÑECA VIAJERA, Jordi Sierra i Fabra
La vocación literaria de
Jordi Sierra i Fabra es incuestionable. Es un escritor prolífico y de calidad (y
esto no es un demérito, pese a quien pese); es un escritor que conecta como
pocos con la sensibilidad de los lectores infantiles y adolescentes; es un
escritor que apoya, a través de su fundación (visiten su magnífica web),
loables iniciativas para fomentar la lectura y la escritura. Por lo dicho aquí
a vuela pluma y por la novela que quiero compartir, es un honor que este autor
figure en mi blog.
Siempre he creído que existen muchos modos de leer a lo largo de la
vida, y que la lectura inaugural de la adolescencia contiene una intensidad que
poco a poco va perdiéndose en favor de una supuesta sabiduría lectora. Esta
novela es un ejemplo máximo de lo que yo entiendo por literatura infantil y
juvenil: son esos libros que pueden ser leídos y disfrutados por lectores de
cualquier edad.
En uno de sus paseos matinales Kafka escucha el llanto desconsolado
de una niña, Elsi. No hay indicios de que la niña calle y se tranquilice en ese
parque donde todo es paz. Pero Kafka accede con ciertas reticencias a hablarle,
a comprender el origen de ese dolor. Y descubre que sus lágrimas obedecen al
hecho de que ha perdido a su muñeca, Brígida. Con tal de ver el rostro de Elsi
lleno de alegría, Fran Kafka finge ser un cartero de muñecas. De ella se dice: “Era
guapa, como todas las niñas pequeñas. Guapa por ser primavera de la vida”
(p.15). De este modo comienza una historia increíble y tierna, con la que vamos
conociendo los entresijos de una relación de afecto entre el escritor y la niña,
un personaje muy convincente que espera cada día una nueva carta de su muñeca y
obliga a que el escritor aparque todos sus compromisos, porque él sabe que la
vida, la alegría de la niña y su implicación como hombre valen la pena. Al
final, y después de hacerle creer que las cartas llegan de los lugares más
lejanos del mundo, Kafka le regala una muñeca, la más hermosa que encontró.
Antes de despedirse le dijo que se llamaba Dora, como la compañera que acompaña
a Kafka en sus últimos días de vida.
Una novela entrañable escrita con un pulso narrativo muy logrado, y
un tono poético acertado.
He aquí algunas citas que permitirán reflexionar a los jóvenes
lectores de cualquier edad.
-“Elsi, has de saber que
vivir representa ir siempre hacia delante, aprovechar cada momento, cada
oportunidad y cada necesidad. Tú también lo harás dentro de unos años. Las
personas y las muñecas estamos hechas de sentimientos y emociones que hay que
ir gastando poco a poco. Son nuestra energía vital” (p. 52).
-“Y el miedo es algo malo y
perverso que limita la libertad. Quien tiene miedo no vive, agoniza” (p. 58).
-“Una persona no siempre
tiene ganas de reír, o de cantar. A veces se detiene y, simplemente, se siente
en paz” (p. 97).
-“Viviremos cada cual en la
memoria de la otra, y eso es la eternidad, Elsi, porque el tiempo no existe más
allá del amor” (p. 52).
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