domingo, 26 de mayo de 2024

 

                  




                     
LOS HOMBRES NO SON ISLAS, Nuccio Ordine



Vuelvo a Nuccio Ordine (Diamante, 1958 – Calabria, 2023) con la tristeza que me produce saber que ya no está, que su muerte prematura le privó de haberse convertido en un faro intelectual –aunque ya lo era– en este desorientado siglo XXI, al modo en que lo fueron ínclitos intelectuales como Georges Steiner o Umberto Eco, mentes preclaras que consideraron a Nuccio Ordine un notable epígono. 


Si hay algo que valoro en la obra del que fuera profesor de Literatura en la Universidad de Calabria es el enfoque de sus estudios, su determinación de utilizar los textos literarios esenciales de la literatura universal para convertirlos en “pretextos”, en teselas de un mosaico donde conviven los eternos valores humanos. Y eso es lo más importante para mí: reconocer en Nuccio Ordine no solo a un filólogo, a un filósofo, sino sobre todo a un intelectual comprometido, que reclama el valor de las disciplinas humanistas ante el imperio tecnológico que todo lo mide con parámetros de una falsa utilidad.


Los hombres no son islas es toda una declaración de amor a la literatura. Desde Séneca a Virginia Woolf, pasando por el poeta inglés John Donne –de quien toma el título para su libro–, hasta Montaigne y Saint-Exupéry, entre otros, Nuccio Ordine ofrece una documentada introducción en la que abunda en saberes que ya expuso en sus libros anteriores –La utilidad de lo inútil y Clásicos para la vida– para concluir que no hay mayor felicidad que “vivir para los otros”. La literatura se convierte así en el instrumento más idóneo para cumplir con ese noble fin. Sobresale una copiosa y bien comentada antología de textos. 


        Expongo a continuación algunas citas que fui subrayando mientras leía y que insisten en esa idea de la otredad.


-“Ningún hombre es una isla, ni se basta a sí mismo; todo hombre es una parte del continente, una parte del océano”. 

(Devociones para circunstancias inminentes (1624), John Donne.


-“La raza humana se compone

de hombres creados de la misma fuente.

Si sufre uno de esos hombres

no deben los demás ser indiferentes”.

(El jardín de las rosas, Saadi de Shiraz).


-“En Los ensayos (…), la indiscutible centralidad de la escritura de sí mismo no impide reflexionar también sobre los otros, sobre la condición humana, sobre nuestros deberes sociales (…), sobre la alegría que deriva del sentirse ciudadano de una patria más extensa en la cual todos los hombres puedan ser percibidos como compatriotas”.

(Nuccio Ordine)


-“He entendido que el hombre, además de perseguir su propia ventaja personal, debe perseguir también el bien ajeno”.

(Tolstói)


-“He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”.

(Saint-Exupéry)


-“Somos los responsables de los lazos que hemos creado y que podemos llegar a ser mejores solo con que vivamos para alguien o para algo”.

(Nuccio Ordine)




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