THE SKY
INSIDE, Adrian
Munsey
EL ARTE
DE PENSAR, José
Carlos Ruiz
Reivindicar el papel de la filosofía como
disciplina que puede contribuir a la felicidad del hombre contemporáneo es la
finalidad de este libro. Sometidos los ciudadanos a modelos de consumo y a la
tendencia de exhibir las emociones en las redes sociales, el autor reivindica
la necesidad de la formación y, sobre todo, del pensamiento crítico para
alcanzar el equilibro y la felicidad. ¿Y cómo lo hace? Escoge las ideas claves
de los principales filósofos y las aplica a las diversas situaciones cotidianas.
Los
asuntos que aborda, sintéticamente, son los siguientes: la obligatoriedad
de ser feliz y exhibir la propia felicidad se convierte en una tiranía (p.15);
si no se vigila la hiperactividad y el hiperconsumo de experiencias se llega
inevitablemente a la insatisfacción; reivindica la vigencia del pensamiento clásico
de mens sana in corpore sano (p. 26); aboga por cuidar la dimensión
social de los ciudadanos, quienes deben crecer en equilibrio; se basa en las
teorías de Bernoulli y Barry Schwartz para convencernos de que frente al agobio
de tener que tomar decisiones a la ligera conviene reflexionar críticamente
para acertar y asumir que “quiero lo que tengo, porque tengo lo que quise”;
analiza las teorías de Lipovetsky sobre el motor vital que suponen las
contradicciones; reconoce los beneficios de la duda establecidos por Victoria
Camps en la era de la posverdad (p. 107); la conocida sentencia de Ortega y
Gasset “yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo” (p.
135) le sirve para criticar que actualmente a la circunstancia vital se une una
cada vez mayor circunstancia virtual que deteriora la construcción del “yo sólido”
al que las personas coherentes deben aspirar; recurre a Epicteto por su
ecuanimidad y porque reivindica la importancia de ser fiel a uno mismo sin
esperar la aprobación de los demás; el cinismo de Diógenes (p. 163) es la
manifestación coherente de quien vive en la desposesión máxima; esta actitud
entronca con la importancia de llevar una vida lo más sencilla posible y
centrada en asuntos esenciales que no
conlleven una gran pérdida de tiempo; el autor reprende a quienes ataviados en
cierta rigidez intelectual defienden ideas propias del maniqueísmo, pues
provocan enfrentamientos estériles; postula la metodología de la mayéutica para
descubrir la verdad, basada en las continuas preguntas que nos acercan al
saber; hay un amplio capítulo referido a la importancia de la dignificación
personal a través del trabajo; nos recuerda la noble idea de Russel, quien
frente a la inutilidad de la envidia propone practicar la admiración del otro
y, sobre todo, la aceptación de uno mismo en su ineludible presente; por último,
incide en la importancia que el estoicismo (sobre todo, el pensamiento de
Epicteto y de Séneca) tienen en la actualidad,
porque proponen modelos de actuación basados en el equilibrio, el
distanciamiento y la serena reflexión.
José Carlos
Ruiz insiste reiteradamente en la contribución que la filosofía puede hacer en
el bienestar del hombre. Para ello, es necesario que los ciudadanos abandonen
la minoría de edad intelectual, es decir, que actúen después de reflexionar críticamente.
Censura los valores dominantes aceptados sin el ejercicio del pensamiento crítico
individual. Veamos un ejemplo:
“Ser un menor
de edad intelectual significa asumir los pensamientos o ideas de otros como
propios sin haber pasado ningún filtro, de cara a saber si son convenientes
para nosotros o si resultan correctos o erróneos.
Ser
religioso porque así te han educado, ser liberal o de izquierdas
porque es lo que has vivido en tu círculo cercano, casarte porque es lo que se
espera de un relación asentada (...); tener redes sociales porque todos las
tienen y usarlas de la misma manera que todos, sin pensar previamente si eso
nos puede beneficiar o perjudicar; querer ganar mucho dinero porque nos han
dicho que es lo mejor que te puede pasar en la vida; viajar constantemente
porque todos nos comentan que es la mejor manera de aprender cosas... Ante todo
esto, Kant decía: ‘Atrévete a pensar’, a pensar por ti mismo, y este se
convirtió en el lema de la Ilustración”.
Al
cerrar el libro reconocemos con gozo la relación que el autor ha
establecido entre la filosofía y los “males” que afectan al hombre contemporáneo.
Un libro divulgativo y ameno que reivindica la filosofía práctica más que la
académica, más centrada en la vida que en las diversas teorías sobre el
pensamiento, un ensayo, en esencia, que me recuerda aquel lejano COU donde
disfrutaba con la historia de la Filosofía impartida por un profesor que usaba
las tizas de colores en la pizarra con más eficacia persuasiva que cualquier
powerpoint de los que ahora circulan, como esqueletos léxicos, por internet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario