LA VERDAD
DE LAS MENTIRAS,
Mario
Vargas Llosa
La insatisfacción de la vida
convierte a la novela en un género narrativo ciertamente terapéutico porque
proporciona a los lectores ciertas dosis de credibilidad necesarias para asumir
las imperfecciones y desengaños de existir. La ilusión de vida que proporciona
la novela es su gran verdad, aunque ésta viva solamente en la imaginación y pueda
ser en muchas ocasiones un mentira
necesaria. Esta vendría a ser la tesis de la que parte Mario Vargas Llosa en
la explicación de las que, a su juicio, son las veintisiete obras literarias más
relevantes del siglo XX. Con el rigor y el entusiasmo de quien se considera un
buen lector ofrece pequeños ensayos explicativos sobre las principales
aportaciones temáticas y estilísticas de las obras escogidas. Sus opiniones y
análisis, aun siendo brillantes, no sustituyen en modo alguno la lectura de las
obras que recomienda., más bien son una invitación a su lectura. Parece
decirnos que nadie que considere la cultura como un herramienta insustituible
para comprender el mundo y los hombres en toda su vastedad debería pasar por la
vida sin haberlas leído. Y ante la opinión posiblemente mayoritaria sobre la
inanidad de la lectura de ficción, Vargas Llosa recuerda la opinión que Borges
tenía del sentido de la literatura: “A Borges lo irritaba que le preguntaran:
‘¿Para qué sirve la literatura?’. Le parecía una pregunta idiota y respondía:
‘¡A nadie se le ocurriría preguntarse cuál es la utilidad del canto de un
canario o de los arreboles de un crepúsculo!’ (p. 434)”.
Escrito
con una prosa precisa y llena de argumentos razonados y razonables, este libro
es una hermosa defensa de la literatura y de la libertad.
He
aquí la relación exacta de las obras que se comentan:
AUTOR
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LIBRO
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Joseph Conrad
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El corazón de las
tinieblas (1902). Las raíces de lo humano.
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Thomas Mann
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La muerte en
Venecia (1912). El llamado
del abismo.
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James Joyce
|
Dublineses (1914). El Dublín de Joyce.
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John Dos Passos
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Manhattan Transfer
(1925). Capital
del enjambre y la destrucción.
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Virginia Woolf
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La señora Dalloway
(1925). La vida
intensa y suntuosa de lo banal.
|
F. Scott
Fitzgerald
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El Gran Gatsby (1925). Un castillo en el aire.
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Hermann Hesse
|
El lobo estepario (1927). Las metamorfosis del lobo
estepario.
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André Breton
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Nadja (1928).
Nadja como ficción.
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William Faulkner
|
Santuario (1931). El santuario del mal.
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Aldous Husley
|
Un mundo feliz (1932). El paraíso como pesadilla.
|
André Malraux
|
La condición
humana (1933). El héroe,
el bufón y la historia.
|
Henry Miller
|
Trópico de cáncer (1934). El nihilista feliz.
|
Isak Dinesen
|
Siete cuentos
góticos (1934). Los
cuentos de la baronesa.
|
Elias Canetti
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Auto de fe (1936). Una pesadilla realista.
|
Arthur Koestler
|
El cero y el
infinito (1940). Almas
inflexibles.
|
Graham Greene
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El poder y la
gloria (1940). El derecho
a la esperanza.
|
Graham Greene
|
El fin de la
aventura (1951). Milagros
en el siglo XX.
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Albert Camus
|
El extranjero (1942). El extranjero debe morir.
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Georges Orwell
|
La granja de los
animales (1945). Socialista,
libertario y anticomunista.
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Alberto Moravia
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La romana (1947). Ramera, filósofa y sentimental.
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Alejo Carpentier
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El reino de este
mundo (1949). ¿Lo real
maravilloso o artimañas literarias?
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Ernest Hemingway
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El viejo y el mar (1952). La redención por el coraje.
|
Ernest Hemingway
|
París era una
fiesta (1964). La fiesta
compartida.
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John Steinbeck
|
Al este del edén (1952). Elogio de la mala novela.
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Max Frisch
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No soy Max Stiller
(1954). ¿Es
posible ser suizo?
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Vladimir Nabokov
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Lolita (1955). Lolita cumple treinta años.
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G. Tomasi de
Lampedusa
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El gatopardo (1957). Mentira de príncipe.
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Boris Pasternak
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El doctor Zhivago (1957). Una llama en el viento.
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Günter Grass
|
El tambor de
hojalata (1959). Redoble de
tambor.
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Yasunari Kawabata
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La casa de las
bellas durmientes (1961). Velando su
sueño, trémulo.
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Doris Lessing
|
El cuaderno dorado
(1962). El
cuaderno dorado de las ilusiones perdidas.
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Alexander
Solzhenitsin
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Un día en la vida
de Iván Denisovich (1962). Réprobos
en el paraíso.
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Heinrich Böll
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Opiniones de un
payaso (1963). Acomodos
con el cielo.
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Saul Bellow
|
Herzog (1964). El humanista desbaratado.
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Antonio Tabucchi
|
Sostiene Pereira (1994). Héroe sin cualidades.
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