UNA MUJER
MADURA, Juan José Millás
[10 de agosto de 2013, EL PAÍS]
Querido diario analógico, en Internet no llueve nunca, ni hace sol,
ni está nublado, en Internet no hace frío ni calor. No hay clima, no te subes
las solapas del abrigo en noviembre ni te quitas los pantis en julio, porque no
hay ni noviembres ni julios y a lo mejor no hay abrigos. Tengo 13 años y soy
muy sensible para mi edad, por eso echo en falta el clima. Una vida sin clima
es como una película sin atmósfera. Todo esto no es mío, se le ocurre a un
señor con el que chateo en Internet. Tiene 50 años y cree que yo tengo 42
cuando, ya digo, solo tengo 13. Para parecer que tengo 42 cojo cosas de aquí y
de allá. Ayer saqué a relucir a Sócrates y a Platón, que son dos filósofos de
la antigua Grecia que están por ahí, en la Red, al alcance de cualquiera. Si
pones "amor platónico", sale enseguida este Platón, no sé por qué.
Escribió todo lo que pensaba el otro, Sócrates, o al revés, no recuerdo quién
copiaba a quién.
El
señor de 50 años con el que tengo relaciones cibernéticas dice, por estas y
otras cosas, que soy muy madura, que nunca ha conocido a una mujer tan madura
como yo. Sos muy madura, escribe, porque es argentino y los argentinos hablan
así, no sé cómo. Sos, vos,
etcétera.
Este
señor se llama Roberto y dice que yo le gusto tanto, tanto, que daría cualquier
cosa por verme el agujero del culo. ¿Por qué el agujero del culo?, le pregunto
yo. Porque a través de él, seguro que se ve el universo, dice él.
Entonces yo pienso que tengo en el estómago todo el sistema solar, con
sus astros, con sus estrellas, con sus anillos de Saturno, con sus lunas. Y
cuando estoy sentada, en clase, me acaricio el vientre como si Roberto me
hubiera dejado embarazada de la Vía Láctea. Hace ya medio año que me ha venido
la regla así que, como poder ser, podría ser.
Mi
padre, que es un loco de la discreción (lo dice él todo el rato, soy un loco de
la discreción), me regaló este diario analógico con candado, para que
escribiera y me olvidara de Facebook. Lo que escribes en el ordenador, dice, lo
leen los espías de Obama. Mi padre es racista, un poco. Yo, de más pequeña,
también, por influencia suya. Ahora no, ahora Obama me gusta. Adoro a los
negros por su cosa animal. Están buenos.
Otra
cosa es que en el diario analógico, no me preguntes por qué, hay clima. Hoy,
por ejemplo, ha llovido todo el día en cada una de sus páginas, aunque ahora,
al abrirlo para escribir estas notas, han salido unos rayos blancos, como los
de la Luna. Un día, Roberto me dijo que parecía (parecés, dice él) una señora
mayor imitando a una niña de 13 años y que eso también le gustaba mucho de mi
personalidad. Yo le dije:
–¿Y si fuera al revés, y si fuera una niña de 13 años imitando a una
señora de 42?
Y él se rió
como se ríe la gente en los chats, jejeje. Le he dicho que mi ordenador no
tiene cámara (dice que el suyo tampoco), aunque la verdad es que la quito para
hablar con él. Y él dice que para Navidades me va a regalar una cámara, que
será como regalarme uno de sus ojos porque, jejeje, cuesta un ojo de la cara,
jejeje. Y yo me imagino que llega un paquetito con un ojo de verdad dentro y me
da la risa boba, un ojo como el de los corderos, como el de los peces muertos.
De qué te ríes, ¿no sabes que reírse sola es de locas?, me dice mamá, porque
cuando me dio la risa boba estábamos cenando. De nada, digo yo, y entonces me
toqué el vientre e imaginé que estaba embarazada no de la Via Láctea, sino de
un ojo, de un ojo argentino que crecía dentro de mi vientre y que se asomaba
por el ombligo para ver qué pasaba fuera. Desde entonces, llevo el ombligo al
aire libre. Paranoias. Roberto es profesor y yo le he dicho que soy costurera y
arreglo ropa usada. Se me ocurrió
porque le oí decir a mamá que ahora que se ha quedado en el paro y que la gente
pasa tantas necesidades, sería un
buen momento para poner un negocio de estos. Tiene ya el nombre: MANGAS y
DOBLADILLOS. Papá no lo ve.
Roberto me
hace los deberes, cree que estoy divorciada y que son los deberes de mi hija.
Los hace en argentino y yo los traduzco al español y bien. Me pidió una foto y
le envié una de mamá. Luego yo le pedí una suya y cuando la estaba mirando y
mirando supe, como sé que ahora mismo es de noche, que la foto era de su papá y
que él tiene 12 o 13 años. Otro crío de mierda ligando con señoras mayores.
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