sábado, 30 de noviembre de 2013





SIN LUGAR SEGURO, José Luis Zerón Huguet

Requiere este poemario una exégesis más elaborada. Tengo la certeza de que con estas breves palabras despacho un libro hondo, donde el amor, el anhelo de olvido y la búsqueda de un espacio nuevo son una huida hacia una comunión muy personal con la naturaleza. José Luis Zerón nos entrega un libro muy autobiográfico, doliente, sabedor de que esa vuelta a la Arcadia que  supone el regreso a la casa de sus antepasados no conlleva la sabiduría necesaria para vivir con sosiego, sencillamente porque “no hay descanso en el reino de la luz”.
Por otro lado, hay una fuerza telúrica en todo lo que nombra y una expresión elegante que no rehúye las acertadas imágenes siempre referidas a la naturaleza (los seres diminutos de las charcas, los ciruelos, las amapolas...): “Oh paisaje, tus cielos son bellos como los ojos de un niño / ilusionado en el umbral de todas las incertidumbres”. José Luis Zerón nos ofrece un libro intenso y muy ceñido a su verdad vital, como si fuera un funambulista que quisiera atravesar una oscuridad solitaria para encontrar, tal vez, una luz no gastada.

LA luz crece al compás de tus gorjeos, alondra,
hasta se diría que es nueva la aurora
y cierta esta límpida calma de tu vuelo.
Cuando te escucho siento como si por vez primera
fuese a asomar de un océano de tinieblas
la luz recién creada.
Eso siento cuando te escucho, alondra,
antes de que mis ojos se acostumbren a la hostilidad,
antes de que la conformidad y el asco
hagan del día un sórdido paisaje.
¿Por qué has de ser tú cruel embajadora del absurdo?
¿por qué has de contener en tu vuelo
tantos anhelos y desesperanzas?
Con un nacimiento siempre antiguo,
el sol emergerá del vertedero de los días perdidos
y pronto olvidaré tu canto
en la algarabía de las calles;
pero ahora solo quiero preservar esta calma,
esta paz, presagio de desamparo,
cuando todavía fulgen algunas estrellas
y la luna se desliza en las azoteas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario