LA
CARTA, Andrés Trapiello
He
encontrado la casa
donde
te llevaré a vivir. Es grande,
como
las casas viejas. Tiene altos
los
techos y en el suelo,
de
tarima de enebro, duerme siempre
un
rumor de hojas secas
que
los pasos avivan. A los ocres
de
las paredes nada ya parece
retenerles
aquí. Igual que frágiles
pétalos,
largo tiempo olvidados
en
un libro, amarillean todos.
Entre
rejas, trenzado,
un
rosal sin podar.
En
el jardín pequeño, una fuente
y
un fauno. Y me dicen
que
también unos mirlos.
Cuando
en los meses fríos de otoño,
al
escuchar sus silbos
cobren
vida tus ojos, en el verde
del
agua miraré contigo
cómo
mueren los días.
Cómo
se vuelve polvo en los muebles
oscuros
tu silencio
que
azotará la lluvia
allí
donde te encuentres.
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