LAS COSAS DE LA VIDA, Andrés Amorós
DIARIO DE LECTURA / 436
Hace tiempo escuché una conferencia de Carlos Fuentes en la que se refería a la paradoja existente en la relación entre el crítico y el autor, esto es, entre la crítica y la obra que la provoca. Aludía al hecho de que la Literatura es el único arte que utiliza en ambos casos la palabra como instrumento para el análisis. Según el escritor mexicano, esa relación estaba viciada desde su origen, aunque ambos quehaceres eran necesarios. Decía exactamente que se trataba de una “incestuosa relación entre palabra creadora y palabra crítica”. Traigo a colación esta idea ante la dificultad que uno siente de decir unas palabras certeras sobre Las cosas de la vida, un libro misceláneo, en el que Andrés Amorós aborda en treinta y seis micro ensayos asuntos esenciales de la relación entre la vida y la Literatura.
La estructura de cada uno de ellos se repite. Tras plantear un asunto que juzga relevante, va argumentando su discurso con abundantes citas. Estos textos, que apoyan o sugieren sus propias palabras, son argumentos de autoridad que Andrés Amorós utiliza para reafirmar su punto de vista. Con este proceder, el escritor comparte su saber interiorizado tras años de lecturas. Reconoce que desde siempre ha tenido la costumbre de apuntar citas esenciales que sintetizan porciones de saber. Asume así la opinión de Marcel Proust: “uno nunca debe perder la oportunidad de citar cosas de otros, que son siempre más interesantes que las que piensa uno mismo” (p. 7).
Aunque deja claro que su finalidad es divulgadora, es difícil sustraerse al peso que la erudición tiene en este libro. Son abundantes las frases y aforismos de Séneca, Marco Aurelio, Cervantes y Shakespeare, Montaigne, Voltaire, La Bruyère, Joseph Joubert, Oscar Wilde, Jorge Luis Borges, y de otros muchos autores.
Pertrechado con este bagaje cultural, aborda cuestiones como el deterioro de la educación, la desaparición del valor del esfuerzo y la meritocracia, del necesario silencio, de la importancia de la memoria, de la experiencia, de la felicidad que proporciona el saber, de la dignificación que confiere el trabajo, del sentido del humor, del inacabable mundo de los libros, de la claridad expositiva, de la sencillez, del sempiterno desprecio de España, del saber escuchar, de la esperanza, de las connivencias estéticas y vitales (relaciona el “sinfronismo” de Ortega con “las afinidades electivas” de Goethe), de la imposibilidad de no amar la vida… Y aborda estas cuestiones guiado por las proverbiales palabras de Antonio Machado: mostrar, si es posible, “unas pocas palabras verdaderas”.
Andrés Amorós se convierte en un Epícteto contemporáneo, un escritor que interpreta, para gozo de sus lectores, asuntos importantes de la vida. Convencido de los beneficios que proporciona el saber, el escritor es un humanista que aclara su postura: “Vivir es, sin duda alguna, muchísimo más importante que leer. Pero leer forma parte de nuestra vida, una parte decisiva: nos ayuda a conducirla mejor o peor, a sobrellevarla, a disfrutarla, a entenderla, a aceptarla. En cada instante, somos lo que hemos vivido y lo que queremos vivir; también, lo que hemos leído de verdad. Este librito va de eso” (p. 6). Además, el autor lo cuenta con un estilo ameno y claro.
Título: Las cosas de la vida.
Autor: Andrés Amorós.
Editorial: Fórcola.
Año de publicación: 2022.
Páginas: 292
Gracias por compartir esta reseña. Parece un libro muy interesante y gracias a esta entrada voy a leerlo.
ResponderEliminarEspero que te guste. Es un ensayo divulgativo que conviene leer poco a poco. Muchas gracias.
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