CONSTRUCCIONES
Y REFORMAS,
Enrique
Baltanás
Si
la vida pudiera rehacerse
como
una casa en ruinas se derriba
y,
arrasado, el solar ve levantarse,
sobre
nuevos cimientos, nueva casa.
Si
la vida pudiera desdecirse,
como
en el borrador en que escribimos
--que
consiente el error y el titubeo--,
aguardamos
la página lograda.
Si
la vida, en lugar de imprevisible
sendero
que nos pierde en algún bosque,
en
medio de la noche y sus espantos,
fuese
álgebra y cálculo perfectos...
Pero
un río se debe a su corriente,
que
nunca se detiene y siempre corre
hasta
alcanzar el mar de su destino,
donde
olvida su nombre y sus riberas.
Las
reformas no paran las ruina,
son
tachones que poco o nada enmiendan,
perdidos
pasos por senderos ciegos,
números
fríos pero siempre errados.
Volver
la vista atrás, mirar los años
que
la puerta del tiempo traspasaron,
y
ya nunca esa puerta vuelve a abrirse,
y
esperar otra puerta abierta a ¿dónde?
Y
es calma y es dolor esa promesa
de
ver marchar los años como trenes
que
perdimos, y en la estación seguimos
aún aguardando el verdadero, el nuestro.
Hermoso poema. Gracias.
ResponderEliminarSaludos.